¿Cuántos atractivos turísticos caben en 48, 442 kilómetros cuadrados? Si es en República Dominicana, todos: historia, cultura y todo tipo de paisajes disponibles para el disfrute, el descanso y la exploración.
Para quienes buscan un destino de sol y playa, encuentran en todas las regiones aguas cristalinas y arenas blancas, amarillas o grises: destinos bandera azul, ensenadas protegidas y desembocaduras de impresionante belleza bajo el sol picante del Caribe.
El ecoturismo como actividad que prioriza las ofertas puras de la naturaleza y la cultura de un pueblo es aquí un convite a la práctica del senderismo, la fotografía, el campismo y el intercambio con la gente.
El sistema de áreas protegidas es uno de los más grandes de la región, con 127 unidades de conservación abiertas al esparcimiento y a la investigación. Ríos, cascadas de diversos tamaños, lagunas y lagos, dunas, cuevas, manantiales, salinas, mogotes y montañas con bosques espesos o valles despejados atraen a los viajeros más exigentes.
El pico más alto y el lago más grande de las Antillas, así como el segundo endemismo del Caribe insular en especies de flora y fauna hacen del país un espacio singular y atractivo para turistas y científicos.
La historia centenaria y llena de primacías se reparte entre las ruinas del primer asentamiento europeo en el Nuevo Mundo, los monumentos en pie de una Ciudad Colonial de 524 años, el legado de los diferentes pueblos extranjeros que se asentaron en los alrededores del centro y los vestigios indígenas conservados en templos cavernarios y farallones.
Bendecida por su geografía, hay puntos adecuados para la práctica de deportes extremos como rafting, rapel, escalada, montañismo y las más variadas actividades acuáticas.
Por eso es que, pese a su pequeño tamaño y a las adversidades que debe sortear como país en vías de desarrollo, República Dominicana se promueve, con orgullo, como un destino que lo tiene todo.